EL COGTIB VISITA LAS INSTALACIONES DE FLOR DE SAL EN EL SALOBRAR DE ES TRENC

El pasado 14 de diciembre el COGTIB organizó una visita formativa a las salinas de Flor de Sal a la que asistió un grupo importante de guías colegiados, con muchas ganas de aprender sobre este maravilloso producto 100% mallorquín. La flor de sal se ha convertido en un auténtico “best-seller” de Mallorca y es el regalo ideal que nuestros turistas llevan a casa cuando descubren sus increíbles propiedades. Y es que la flor de sal tiene una alta concentración de magnesio y otros oligoelementos, que intensifican de forma natural el sabor de los alimentos y la convierten en una de las sales más saludables del mundo. Pero nuestra sorpresa fue mayúscula cuando descubrimos el entorno natural donde se realiza esta actividad: un ecosistema de increíble belleza y riqueza paisajística lleno de vida. Y todo ello de la mano de un equipo de profesionales apasionado por su trabajo capitaneado por Laura Calvo, la directora de marketing de Flor de sal.

Flor de sal desarrolla su actividad en unas 160 hectáreas que forman parte del parque Natural Marítimo Terrestre de Es Trenc-Salobrar de Campos así que conviven plenamente con la sostenibilidad. De hecho, gracias a la actividad salinera se consiguen las condiciones óptimas para conservar el hábitat típico de los humedales en lo que respecta a su fauna y flora. Así que aquí no hablamos solo de producir la sal más saludable del mundo sino también de contribuir a la conservación de nuestro patrimonio natural. Y esto es así porque trabajan con el sol, la brisa y el mar como materias primas para producir este producto tan maravilloso que es la sal marina virgen y flor de sal que tan importante es para la vida y para nuestra salud. En su empeño por mejorar han conseguido numerosas certificaciones ecológicas a nivel europeo. Así, llevan ya más de 20 años trabajando con unos estándares de calidad muy exigentes y que pudimos comprobar durante nuestra visita.

Valentina, nuestra guía, nos acompañó en una visita muy interesante en la que aprendimos muchísimo sobre la actividad salinera y el rico ecosistema en el que se desarrolla esta tradición milenaria que ya practicaban los fenicios. Sin embargo, no fue hasta los años 50 cuando un grupo de emprendedores se instalan aquí aprovechando las excelentes condiciones climatológicas que se dan para la obtención de la sal. En el Salobrar de Campos, donde el sol calienta en verano y donde las lluvias son escasas, encontraron el paraíso de la sal. Y aunque cosechar la sal de forma natural, en las cavidades de las rocas, era ya una actividad muy común en la zona y que aún se sigue practicando en Mallorca, la que producen aquí, gracias a un largo proceso de filtrado por decantación en las distintas balsas, resulta mucho más saludable.

En Flor de sal producen tres tipos de sal: la sal común– que vemos en las montañas blancas que encontramos al iniciar la visita; la sal marina virgen y la flor de sal.

Para su obtención utilizan los mismos elementos- el agua salada, el sol y la brisa marina- y trabajan con la misma calidad. La diferencia estriba en la distinta concentración de cloruro sódico, minerales y oligoelementos de los productos que resultan de esta actividad. Por eso toda la sal que producen tiene certificación ecológica y el proceso es totalmente natural.

La actividad salinera en este lugar ha contribuido a que la flora y la avifauna endémica del Salobrar no solo se mantenga, sino que aumente. Antes de la actividad había unas 50 especies de aves, ahora hay más de 160. Grandes paneles distribuidos por todo el recorrido nos dieron amplia información sobre la avifauna y flora del parque natural.

Pero las salinas de Es Trenc no son solo un lugar de descanso para muchas aves migratorias, sino que se ha convertido en el hábitat permanente de muchos pájaros. Una de las aves más singulares, atractivas que podemos ver aquí es el flamenco que han fijado su residencia aquí por las maravillosas condiciones de las que disfrutan, entre ellas la existencia de uno de sus alimentos favoritos, la artemia salina, responsable final de su precioso color rosado.

Los salineros son los agricultores del mar, y mantienen viva una actividad milenaria que además es vital para la vida. En Flor de sal se toman muy en serio su labor, y miman el proceso para producir la mejor sal que pueda llegar a nuestra mesa. Tras recorrer las distintas áreas y aprender sobre el proceso llegamos a la zona de las 400 balsas donde se cosecha la sal más valiosa, la flor de sal, con unas 60 toneladas de producción anual. Construidas con paredes en madera, estas balsas ya dejan ver un cierto color rosáceo que nos encanta. Nos acercamos más y rascamos un poco la superficie para tocar la sal. La cosecha no ha comenzado aún, pero las balsas ya están llenas de Artemia, estos bichitos rojos que alimentan a los flamencos y que se apelotonan en la superficie.

Flor de sal es un ejemplo de tradición e innovación y tienen muchos proyectos futuros de crear un museo de la sal y de recuperar el oficio de salinero.

La visita finalizó con un estupendo desayuno ofrecido por cortesía de Flor de Sal donde tuvimos ocasión de degustar los distintos tipos de sal y maridarlos con alimentos dulces y salados descubriendo todo un mundo de sabores de la mano de María Martínez, la responsable de tiendas de Flor de Sal que nos habló de la expansión que están llevando a cabo en la isla de Mallorca.

Nuestro apoyo total a esta increíble labor y nuestro agradecimiento a Laura Calvo, María Martínez y nuestra guía Valentina Desde el COGTIB vamos a dar a conocer, sin duda, este producto tan de casa, y tan exclusivo y esperamos poder seguir aprendiendo de la mano del equipo humano de flor de sal en nuestras visitas a sus instalaciones. Gracias a todos por vuestra fabulosa acogida y desde el Colegio de guías oficiales os deseamos un año 2023 de muchos éxitos.

 

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