Al conmemorarse los 300 años del nacimiento (31 de diciembre de 1716) de uno de los mallorquines más importantes del siglo XVIII y sin embargo un gran desconocido para la mayoría, su parroquia, Santa Creu, ha querido dedicarle una exposición.
Antonio Barceló i Pont de la Terra, siendo casi analfabeto llegó a ostentar el cargo de Teniente General de la Armada Española y fue un temido y admirado corsario. En realidad si hubiera sido inglés, habrían escrito varias novelas sobre su vida y le habrían dedicado varias películas. Siendo de por sí bastante feo, según sus biógrafos, empeoró su aspecto al ser herido en la cara en una batalla. Una herida que le dejó secuelas. El retrato que vemos es algo idealizado.
La exposición está comisariada por el investigador Jaume Llabrés y el rector de la parroquia, Mossén Josep Jaume Cañellas. Expertos en este personaje singular, herederos y propietarios de sus objetos personales han permitido reunir algunas piezas muy interesantes. La exposición se centra en su faceta de feligrés y gran benefactor de esta iglesia en la que él y su esposa están enterrados.
Sin embargo, en el vestíbulo de la iglesia se exponen algunos objetos relacionados con su faceta marinera. Para muestra esta preciosa maqueta de un jabeque armado para el corso. Dicen que el Capità Toni mejoró el diseño de este tipo de embarcación para hacerlo todavía más rápido y que incluso el Zar encargó una flota de la que la mitad se fabricó en los astilleros mallorquines.
Pero también se pueden ver sextantes, libros, o unas curiosas lámparas de aceite basculantes, para que incluso en días de tormenta, el aceite no se derramara.
El escudo de los Barceló nos acompaña durante toda la visita. En realidad está presente en casi todas partes. Aquí lo vemos en la clave de bóveda de una de las capillas laterales.
La exposición está repartida en varios espacios, la iglesia y la sala de arte sacro. El recorrido nos permite pasar también por la escalera lateral de la iglesia, antiguo “fossar”. En la sala de arte sacro se expone la cama del Capità Toni, una pieza increíble de ebanistería mallorquina. Muy curiosa la decoración en marquetería del cabezal que representa Porto Pi y también lleva el escudo familiar de los Barceló. Con el buen criterio al que nos tiene acostumbrados, Jaume Llabrés expone la cama sin vestir. Las artes decorativas tienen valor por sí mismas y en este caso, es mejor verla así, y observar las dimensiones, pensar en el colchón de lana altísimo que debía llevar, y fijarse en el somier de láminas de madera originales. Es un mueble de un gusto exquisito.
Otra pieza singular y preciosa es la capa pluvial con el escudo de los Barceló. Lleva el nombre del Honorable Capitán Barceló escrito en el bordado, pero sin ayuda del guía, quizás la mayoría de visitantes no lo distinguirán.
Y de nuevo el escudo de los Barceló, en este caso en la peana de la custodia mayor de estilo rococó que pagó el Capità Toni para la parroquia. Según consta en su testamento, esta Custodia no debe salir de la iglesia, y así lo piensa cumplir el Rector, Mossèn Josep Jaume.
Esta es una muestra de todo lo que se puede ver sólo hasta el 30 de septiembre visitando la Parroquia de Santa Creu. Los horarios para el público son muy limitados: de lunes a viernes de 17.30 a 19.30 y los sábados de 11.30 a 12.30. Donativo de 5 €.
El COGTIB ha organizado para sus miembros una visita privada guiada por el comisario Jaume Llabrés este lunes 25 a las 10.30 de la mañana, la visita es a puerta cerrada y es imprescindible apuntarse. Para todos los guías que buscan ampliar sus conocimientos de la zona de la Lonja, de la Palma marinera y de su residente más ilustre, es una ocasión única de ver objetos que probablemente no se vuelvan a exponer al público y poder ampliar y mejorar las visitas por el barrio.
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