El pasado 24 de noviembre, un grupo de guías del COGTIB tuvimos el honor de volver a visitar el Monasterio de Miramar y disfrutar de una clase magistral del Dr. José María Sevilla, gran conocedor y experto mundial en la obra de Ramón Llull, su fundador. En un entorno natural de una belleza exuberante, rodeados de olivos centenarios y de un paisaje de pinares que descienden en asombrosa verticalidad hasta un mar profundamente azul, los guías colegiados recorrimos las instalaciones y disfrutamos de la narrativa de un hombre que a sus 90 años hace gala de una mente prodigiosa.
La historia del Monasterio de Miramar, tan conocida por los guías oficiales del COGTIB, está ligada a dos personajes que vivieron aquí en épocas distintas y que la historia ha conectado de una manera extraordinaria: Ramón LLull y el Archiduque Luis Salvador, dos mallorquines universales, uno de nacimiento y otro de adopción.
El Dr. Sevilla nos adentró en las instalaciones, narrando su historia y como, a instancias de Ramón Llull, este lugar de Miramar se convirtió en un monasterio y colegio allá por el siglo XIII, con la voluntad de formar religiosos misioneros destinados a la conversión de adeptos al Islam lo que incluía la enseñanza del árabe. El proyecto se perfiló en 1276, en un encuentro en Montpellier entre Ramón Llull y Jaume II de Mallorca quien financió aquella empresa. El lugar se puso a disposición de los franciscanos y perteneció a los cistercienses de la Real. En 1400 el rey Martín el Humano cedería este monasterio a unos monjes eremitas que estarían aquí unos 50 años. Hay un enterramiento de huesos cerca de la Iglesia y una reproducción de una celda tal y como estaba en el siglo XV. Les seguirían los jerónimos, los dominicos. El espíritu luliano tomaría de nuevo posesión del lugar, a finales del siglo XV, fecha en la que una imprenta produjo aquí el primer incunable de la isla y otros libros escritos en mallorquín.
A finales del XVI el lugar habría quedado totalmente abandonado hasta que en 1872 hace su aparición nuestro segundo personaje, el Archiduque Luis Salvador (l’Archiduc), un hombre apasionado por la cultura de las Islas Baleares, que adquirió el Monasterio casi en ruinas y lo convirtió en su primera residencia en Mallorca.
Recorremos los jardines y contemplamos la preciosa galería gótica del siglo XIII, traída aquí por el Archiduque y que perteneció al convento de Santa Margarita, de origen castrense- hoy hospital militar y que estuvo ubicada en la calle San Miguel.
La casa museo, que conserva columnas originales del claustro de la iglesia, nos muestra en una de sus salas numerosa documentación sobre los estudios de Ramón Llull, su vida, su teoría combinatoria y sus descubrimientos, que el Dr. Sevilla conoce al dedillo y explica con auténtica devoción. No en vano es el mayor conocedor de su figura y obra.
Entre muchas cosas, nos revela como Ramón Llull anticipó hace más de 700 años la lógica que llevará, ya en el siglo XX, a la invención de la computación y el lenguaje binario. Y por ello Ramón Llull se ha convertido en el patrón de los ingenieros informáticos y que se celebra el día 27 de noviembre.
Seguimos el recorrido por la sala dedicada a Wratislao Viborny, el primer secretario del Archiduque con su trágica historia. Contemplamos el bello cenotafio realizado por Tantardini, en mármol blanco de Carrara, y departimos sobre la apasionante vida del archiduque, de la leyenda que envuelve a este personaje que tanto amó nuestra tierra y que tuvo una vida de película. Fotos y recuerdos cuelgan de sus paredes, con la imprescindible Sisi, su prima emperatriz que visitó Mallorca en 1892.
Salimos al exterior, contemplamos la belleza del paisaje, desde aquí se puede ver Son Marroig y la Foradada. Seguimos hacia la pequeña capilla que alberga en su interior un tríptico de gran belleza, una preciosa talla de la Virgen de la Guarda, regalo de Sisi a su primo el archiduque, y otra virgen de plata, regalo del Papa Pío IX a la familia del Archiduque.
Impresionante lugar cargado de historia que nos apasiona transmitir cuando la visitamos con clientes que desconocen el rico patrimonio de nuestra isla.
Nuestro más sincero agradecimiento al Dr. Sevilla por su tiempo, su entusiasmo e interés en transmitir conocimiento. Le emplazamos a un próximo encuentro en Son Marroig para seguir revelando la apasionante vida del “Archiduque errante”.
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